UN NEGOCIO LLAMADO
“OPOSICIÓN”
Por
Robert Alonso
Es materialmente IMPOSIBLE que los políticos de “oposición” (en su
inmensa mayoría) sean tan cortos de vista, tan ingenuos, tan infelices y tan
ignorantes – entre muchas otras cosas – como para no darse cuenta, a estas
alturas del partido, que por la vía electoral no se llegará a ningún lado para
lograr acuerdos, la paz, la prosperidad, el crecimiento económico y la tan
deseada democracia en Venezuela. Decía
el Dr. Gene Sharp (visitar la http://www.robertalonso.com.ve/DE
LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA.htm) que “Bajo
una dictadura las ELECCIONES no se pueden usar como instrumento para un cambio
político significativo”. Y
continuaba diciendo que “algunos
regímenes dictatoriales, tales como los del antiguo bloque oriental dominado
por la Unión Soviética, simularon
elecciones sólo con el propósito de aparentar ser democráticos.
Pero estas elecciones eran simples
plebiscitos rigurosamente controlados, para obtener la aprobación
pública de los candidatos escogidos por los dictadores.” (De la Dictadura a
la Democracia, el cual puede ser bajado en la siguiente dirección: www.aeinstein.org/organizations/org/DelaDict.pdf)
¿Qué los hace tan, pero tan cortos de vista? Vaya usted a saber. Yo tengo mi teoría muy personal y
particular. Hacer “oposición” (light) en
la Venezuela de hoy es un buen negocio.
Debe serlo. He conocido algunos
políticos venezolanos de vieja data que se han venido al “exilio” y se han
regresado a Venezuela para integrarse a la pachanga. Debe ser un buen negocio. Ser asambleísta (diputado/diputada) de la
Asamblea Nacional (antiguo Congreso Nacional) da dividendos… y no solo en
materia salarial. Al menos conozco a un
asambleísta “opositor” que “resuelve cosas” gracias a su posición de parlamentario. Hace – y ayuda a hacer - negocios con el régimen, pues.
Chávez necesita de estos “opositores” para proyectar una imagen de
gobernante democrático y constitucional.
Sin ellos habría una clara dictadura monolítica. Se tiran los platos por la cabeza y se gritan
improperios ordinarios… solamente para “engañar al público”. Entre bastidores cuentan las ganancias. Para nadie es un secreto que en la Venezuela
“bolivariana” los “negocios” han aumentado y esto no va solamente con alguno
que otro político de la “oposición”.
Sabemos de muchos empresarios capitalistas, burgueses y “oligarcas” que
se han sumado al “merequetengue-aquí-para-te”. Esos mismos males de la Venezuela anterior -
y que entre otros factores la llevó a la desgracia que hoy se vive – aún
persisten en una versión aumentada y corregida en la Venezuela “bolivariana” de
hoy.
Si en verdad existe un ápice de buena fe por parte de estos políticos
“opositores” que hoy se preparan para los comicios de diciembre, deberían
exigirle reglas claras al CNE… lo normal en un país democrático para que se
garanticen elecciones transparentes.
Pero ni ellos harán esfuerzo alguno, más allá de uno que otro discursito
acalorado en la Asamblea y frente a las cámaras de televisión, ni el régimen
está dispuesto a ceder las herramientas que le permitan garantizar un “triunfo”
arrollador y coloque la Asamblea Nacional en sus manos mediante el “logro” de
una mayoría absoluta que
ofrezca los medios para modificar la constitución y convertir al actual sistema
gubernamental en una monarquía neo-socialista CASTRO-ESTALINISTA, tras una
“consulta” al pueblo soberano, claro.
Aún con garantías máximas, cediendo el CNE en las peticiones de los
“opositores” (que me juego la vida a que no sucederá), habría que tener
desconfianza total. No olvidemos que en
la Venezuela anterior, los votos también se contaban en las mesas electorales,
en caliente, luego de abrir las urnitas de cartón contentivas de las papeletas
electorales. No olvidemos, tampoco,
aquel famoso dicho adeco: “Acta Mata Votos”.
Hoy, con más razón, debemos desconfiar.
El destino de Venezuela se jugará el próximo diciembre con mucha mayor
incidencia e importancia que en las presidenciales del año que viene, donde
Chávez… por supuesto, “arrasará”.
Desde el Exilio,
Octubre 8 del año 2005
Robert Alonso